Quiero que te
quedes a hacerme compañía y me mientas un rato. Ya no sé que puedo llegar a pensar de vos. Me tenés cansada. Siempre te aparecés desprevenidamente en mi cabeza sin dejarme pensar en otra cosa. Es divertido pensar que hace unos minutos estabas al lado mío preguntándome qué había hecho la noche anterior. Me daba vergüenza contestarte. Me daba vergüenza confesarte que había pasado horas pensando en vos y pensando cuando ibas a decidirte a dejarla a ella y darte cuenta de lo importante que sos para mi. Si hay algo que deseo es contornear tu mano con la mía y rodear tu cuello con mis brazos. Pero tengo miedo de que te des cuenta de lo mucho due me importas y lo poco que necesito para ser feliz. Cada vez que estoy al lado tuyo siento que no voy a poder contenerme y voy a mirar tus ojos honestos y tu expresión raramente perdida. Ya no quiero esperar más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario