Pardon moi.

¿Y qué pasa ahora, eh?
Amigos míos, estuve videando libros, libros, libros oh hermanos míos, no fue tan malo como esperaba. Estoy castigada (fue un autocastigo más que nada, ya van a ver por qué), por que tengo cuatro encoñadisimas materias bajas. Estudiaré jóroscho padrísimo durante estas tres semanas y el resto del año, sí clarísimamente dejado en claro, para poder disrfutar de mi libertad condicional de tres meses. Duermo en subdesarrolladas condiciones y no salgo, ni siquiera pienso en eso. Es más que raro. Me importa tan poco que temo convertirme en una marginada social, adicta a los chips y al computador.
También estuve pensando un montón, pero mucho. Y me pasa que pienso un montón en que extraño la forma de ser de una persona que ya no es la misma. A veces agarro y pienso que me encantaría estar con esa persona en ese mismo momento, pero cuando caigo en la cuenta de que ya no es la misma me dan ganas de romper todo. Uno por ahi piensa que puede contar con otras personas, pero ya no es lo mismo de antes. Puede que sea mejor qué sé yo. Cuando sepa, les digo (mentira, ¿que les voy a decir a ustedes?, pelotudos anti curte).
¿Ya qué? Ese buzo que le robé a Rigoberto es horrible, se lo robé para que no lo usara más. Y me lo pidió de nuevo, y le tuve que decir, Mira Er gi, ese buzo es muy feo, y te queda muy mal, me dá un poco de asco cuando te ponés ese buzo. Bueno, no me impodta, me contestó Regechónchi. Y le dije, Bueno, si vos sos feliz con tu HORRIBLE buzo, usálo. ¿Ya qué?
Insanos de mierda, paren de cambiar de tema.